¿Qué idioma usaban Jesús?

Jesús era probablemente un judío políglota: comunmente charlaba a la multitud en arameo propio de la zona de Galilea; usó el hebreo en las lecturas y en las discusiones bíblicas y teológicas en la sinagoga; sabía algo de heleno; y no es muy probable que hablara latín entrecortado.

Al charlar con los acólitos y con la multitud común, Jesús recurría frecuentemente a un dialecto galileo-arameo, su lengua materna.

Heleno y latín

En la temporada de Jesús, el heleno y el latín asimismo eran recurrentes.

Tras la conquista de Mesopotamia y el resto del Imperio Persa por la parte de Alejandro Magno en el siglo IV a. C., el heleno se transformó en el idioma oficial en una gran parte de la zona.

Jesús, la oración y su lengua materna

En la vida de Jesús no hubo un día sin frases ni bendiciones. No obstante, rompió, en parte, con la tradición. Jesús continuó recitando el shema, las bendiciones y las frases regulares, en hebreo. Pero en sus frases privadas con su Padre, Jesús le charló en su lengua materna; el idioma que había crecido con él desde el momento en que había estado en los brazos de María: el arameo. De ahí que el Padre Nuestro, en su versión original, fue escrito en arameo y no en hebreo. Tanto el Padre Nuestro como aquellas frases que pronunciaba con su Padre tenían el sello particular de la privacidad y la expresión natural de su lengua natal. Pero Jesús no solo usó el arameo para charlar a su Padre, sino asimismo se aproximó a él con el íntimo y familiar abba, la primera palabra que salió de los labios del infante en el momento en que solamente se encontraba aprendiendo a charlar: «papá».

Jesús no se quedó con esta experiencia de oración. Enseñó a sus acólitos esta novedosa dimensión en la vida de oración. De este modo, Jesús sustrajo la oración del campo del lenguaje litúrgico y sagrado, para ponerla en el centro de la vida diaria.

Escritura y estudio de la palabra

Gracias a la predominación de los helenos en Palestina, la multitud podía estar comunicado con el idioma heleno. Lo empleaban para empleo comercial con otros pueblos. Si bien el idioma primordial era el arameo, del mismo modo se utilizaba el hebreo en las academias para traducir la palabra sagrada. Es esencial nombrar que la escritura en las academias se reducía a unas realmente pocas personas por el hecho de que se enfocaban en estudiar las frases de la sinagoga.

Se hicieron frases en los hogares y en las sinagogas. Los pequeños desde los 12 años tenían la obligación de realizar estas prácticas; al tiempo que las mujeres, las pequeñas e inclusive los esclavos debían efectuarlos en el hogar. Jesús no se les escapó, en tanto que su familia era muy religiosa y cumplía con furor sus frases y bendiciones y el shemá no podía faltar en su historia día tras día.

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